30
Tras la barda perimetral
no hay ruidos
solo susurros
Nada delata el afán exterior
observo el ir y venir lejanos
el cielo es plomo húmedo
y el tiempo lento
borda la tristeza que libera
los demonios personales
sin máscara
sin esperanza
En la celda
el espacio mínimo
sujeta la inercia de los días
la rutina es un reloj
tiránico pero seguro
ocho y media
luego a las doce
y a las seis
toca rancho
pase de lista
revisión…
sin mediar pregunta
el relato se repite
en exacto orden
la versión olvidada
de los hechos
de esa vida
que dejó de serlo
hace más de diez años
que se niega a no ser…
desde cualquier rincón
encorvado y marchito
miro con el desvarío de la sangre
que galopa hacia la nada
a ciegas, con temor
palpo la oscura sensación de pérdida
de no retorno
cierro los ojos
susurro para mí mismo
"mi vida no ha sido una mentira..."
Repito el mantra sagrado:
"mi vida no ha sido una mentira
sino una maravillosa irrealidad..."
Los pasillos degustan
el trajín lento de la costumbre
la compraventa
de cualquier cosa
nueva,
usada
o robada
los dados marcando par
el paso ansioso de los que reciben visita...
Después vendrán los cerrojos
con timbre de hierro
la pesadez de las puertas
sellan la noche de San Miguel
sin luna ni estrellas
como lo prometió la lluvia temprana
de la tarde triste
que una palabra humana
hubiera salvado...
La noche asciende lenta
como la locura
en la litera devoro
esa locura nocturna
que alucina
calmadamente...
La locura es vecina de la cruel sensatez
¿Cuántas mentiras estoy obligado a decir?
¡muchas!
¡todas!
quisiera no estar obligado
a mentir conmigo mismo...
¿qué me quedaría?
una verdad íntima
residuo de todas las cosas
verdad última
única
la misma del mundo...
la locura de pensarse
dios
finito y
mortal...
Sueños y pesadillas
habitan la celda
a contratiempo
escribo sin sentido,
sopesando
el desvarío colectivo
¿quién no ha vivido la duda,
temido a la muerte,
gozado el placer,
amado a la persona equivocada,
aspirado al poder,
sucumbido a la pasión
padecido la soledad,
presenciado la violencia,
enfrentado una enfermedad
resentido a los hermanos,
peleado con un jefe,
perdido un padre
amado un hijo,
llorado de impotencia
preguntando cómo carajo llegué aquí...
Lo que hacen ahí
en la cana
es rendir la esperanza
dar cuerpo a una idea absurda
le dan forma y sentido: la cárcel.
La idea sólida de la cárcel
se nutre de su excepcional
ignorancia arrogante
tan convincente
explosiva y
desprejuiciada
transforma en verdad
cualquier mito.
San Miguel
no es un lugar
es tan sólo
un (mal) pensamiento...
Comentarios
Publicar un comentario