13

La verdad, la pura verdad, no sé qué viste en un amigo del mundo,  montado en una bicicleta armada pieza a pieza, en abonos, con más  ilusión que pericia..., no sé qué creíste que guardaba esa mochila  repleta de libros, proyectos a lápiz, película fotográfica sin revelar y  los restos de la última ascensión al popocatépetl... dos chanekes, un  tacuacín, un licurdillo, dos piripitiches y un jirimillo. 

Tu madre  profetizaba la catástrofe que finalmente nos alcanzó, después de  veinticinco años de azúcar y sal, con más certidumbre que la esperanza de  cada día... 

Sigo con la mochila al hombro, como entonces, rebuscando tras  el horizonte tu mirada, para saber, sin lugar a dudas, que es tiempo de  volver, que siempre has sido mi puerto y mi patria, mi kehila y mi casa.

Comentarios

Entradas populares