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Ayer la tormenta cayó con fuerza, la barranca se llenó con los ecos desbocados de la lluvia, los truenos y relámpagos sacudieron la tarde, mientras se balanceaba el tabachín, se deshojaba la buganvilia y las palmeras se mecían con el crepúsculo gris-húmedo…
Sólo pensaba en tus manos, cogidas a las mías, como guardando el agua del tiempo que se nos va escurriendo de poco a poco.
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